miércoles, 19 de junio de 2013

Donde dije digo, digo Diego



Aún estoy haciendo arquitectura de blog (o sea, hay que meter links, adecentarlo un poco, vestirlo más de bonito...), pero es que no tengo tiempo de nada!!!!!!!!!!!! Paso a paso...
Bien, después de la declaración de principios hecha en el primer post (gracias por los comentarios, tanto aquí como los personales por parte de otras mamis... muaks!), y como no sé exactamente qué hacer en este blog (yo! que había llevado tres simultáneamente!!!!!!!!!!), he pensado que después de la A viene la B, así que, hoy me apetecería compartir qué pasó (y de hecho, está pasando) con la llegada de mi peke, al que aquí llamaré EBU.

Siempre había oído decir que la llegada de un hijo te cambia la vida. Y yo, ilusa de mí, creía que te la cambiaba porque dejabas de salir, de pensar en ti por pensar en él primero, por ser tres y ya no dos, por tener gastos continuamente... y si bien todo lo anterior es cierto, lo que hizo la llegada de EBU fue poner al revés mi vida, y en el mejor de los sentidos. Todo lo que antes creía inamoviblemente azul o como poco, bastante azul, ha pasado a ser rojo, verde, amarillo, violeta, negro, blanco, naranja, rosa, de pata de gallo, de cuadros escoceses y en ocasiones hasta de topos.

Y todo aquello que yo dije que "jamás haría", es justamente lo que ESTOY HACIENDO CADA DÍA.
A modo de ejemplo, os dejo algunas de mis lindezas... a ver si os ha pasado algo parecido...

DONDE DIJE... Es "súper importante" preservar tu espacio como profesional. Como tengo la suerte de tener a mi madre conmigo, a la que pueda andar después de parir, me levanto por las mañanas, me ducho, le dejo al crío y vuelvo al curro.
DIGO... Mi faceta como profesional ahora como ahora me viene pareciendo una tocada de pelotas porque no me deja suficiente tiempo para estar con mi hijo. Por las mañanas, he contratado a mi hermano que "me suple", y yo me dedico al trabajo de despacho y sobre todo, a mi hijo. Es "súper importante" vivir a tope tu etapa como madre de un enano, porque es algo que jamás volverá.

DONDE DIJE... La maternidad tiene que ser una cosa maravillosa, pero debe añadir otra faceta a tu vida, importantísima, pero faceta; no invadirlo todo y anular el resto.
DIGO... A ver, que no es que anule el resto, pero es que es lo más acojonantemente importante y maravilloso que me ha pasado en la vida, y te cae de golpe y a manos llenas, sin previo aviso y sin cuentagotas. ¿Durísimo? Sí. ¿Lo invade todo? Por descontado. Y así debe ser, según concibo ahora la maternidad y lo que comporta. El que sea  así es lo que la hace tan mágica.

DONDE DIJE... Qué cojonuda es la Super Nanny... "cuando te calmes, te atiendo", "el rincón de pensar", esos pequeños tiranos malcriados gritones y exigentes... No todos, claro, pero si les dejas que se te suban a la chepa...
DIGO... Gracias crianza natural, por abrirme los ojos!!!!!!!!!!!! Si quisiera adiestrar niños, más que decirles "cuando te calmes (y hagas lo que a mí me apetece que hagas), te atiendo (si no, paso de tu rollo)", les enseñaría  SIT, PLAS, STAND, DA VUELTAS y HAZTE EL MUERTO. Eso, y enseñarles a traerme las zapatillas y el periódico cuando entro por la puerta...

DONDE DIJE... Hay que enseñarles tanto a los hijos...
DIGO... Me está enseñando tanto mi hijo...

DONDE DIJE... Los niños tienen que dormir en su cuna. No creo que sea bueno que los metas en tu cama...
DIGO... Qué a gustito estoy con mi enano abrazado a mí y qué bien que duerme él con su teta a mano siempre que la necesite. Me encanta verle dormirse y que su carita sea lo primero que vea yo al despertarme (por la mañana y las 5000 veces que me despierto cada noche... jejejeje). Y lo que me he ahorrado en cunas y sábanas mini!

DONDE DIJE... No lo llevaré a la guardería porque es un gasto tonto teniendo a mi madre...
DIGO... No lo llevaré a la guardería porque el dinero me lo estoy gastando en el contrato de mi hermano y si todo sigue igual, mi peke se queda conmigo hasta que entre en el cole (y si por mí fuera, montaba un aula de preescolar para enseñarle lo que aprenden de los 3 a los 7).

DONDE DIJE... Le daré pecho, sí... pero un tiempo. Se me hace raro ver a niños mayores que maman.
DIGO... Le doy pecho, sí... hasta que él diga "basta" o yo no pueda más... de momento, pinta más que sea hasta que él diga "basta"... Y los niños que maman no son tan mayores... no he visto a ningún niño de 18 años amorrado a una teta con finalidades alimenticias.

DONDE DIJE... Hay que preservar esos momentos de intimidad en la pareja a pesar de tener hijos. Es importante crear un espacio a parte sin ellos.
DIGO... Hay que aprovechar cada momento que tengamos con nuestro hijo, porque no nos daremos cuenta y nos estará pidiendo las llaves del coche y diciéndonos que no seamos tan pesados... Vamos a tener ratos de intimidad parejil a cascoporro, ya verás.

DONDE DIJE... Los niños pequeños no entienden nada porque son muy renacuajos aún. Es un poco rollo perro, o sea, "sí", "no", "caca", "pupa"... Creo que voy a ser un poco Hitler cuando tenga hijos...
DIGO... Yo le cuento a mi hijo cositas chulas y bonitas, le digo lo guapo que es, le digo lo orgullosa que estoy de él, lo maravilloso y listo que es y la suerte que tengo de ser su mami... y cuando no tiene que hacer algo (como chupar el móvil o tirar al quinto pino el mando de la tele) le explico por qué... no creo que lo entienda demasiado, pero como no sé exactamente cuándo va a entenderlo completamente, yo lo voy explicando. Y sobre todo, le digo MUY BIEN con una gran sonrisa, un beso y un abrazo, cuando se lo quita de la boca... Prefiero reforzar lo positivo que remarcar lo negativo... Mejor llegamos a acuerdos y no practicamos imposiciones. Los acuerdos se respetan porque hay un compromiso mutuo. Las imposiciones pierden su fuerza cuando se pierde la posición de prevalencia. Si empiezo ahora, después ya tendré práctica en ello...

DONDE DIJE... No le compraré potitos, a no ser que sea de forma excepcional. Le haré yo la papilla.
DIGO... El niño come como nosotros, lentejas con chorizo, arroz a la cubana, pollo al horno, pasta, pizza, pescado al horno... y tiene 10 meses...

Y podría seguir, creedme. Porque lo más divertido es que ahora, mi otra forma de ver las cosas me resulta gris y algo rancia, y eso que yo nunca he sido una rancia, al contrario!! Pero estaba teñida de lo que nos han venido contando que tiene que ser y de lo que hemos visto que debe ser. Y queridas/queridos... NO HAY NADA QUE TENGA QUE SER DE NINGUNA FORMA. Ni Estivill ni González. Me siento enormemente más afín al segundo, y estoy aprendiendo mucho con lo que escribe, pero reitero, nada tiene que ser de ninguna manera.

Sí, la maternidad ha invadido mi vida, y lo ha hecho de tal manera que me está enseñando muchísimas cosas sobre la vida, sobre las personas en general y sobre mí... Ha invadido hasta tal punto lo que soy que he tenido por primera vez en mi vida verdaderas ganas de cambiar de vida para construir un mundo mejor... porque tengo el pleno convencimiento que solamente educando a los hijos en el amor, la empatía y la tolerancia, se le puede dar la vuelta a este mundo de mierda en el que vivimos. Nuestros pekes, ellos y sólo ellos son el futuro de la humanidad, y quiero educar a mi hijo según lo que yo querría que fuera el mundo, no según lo que el mundo quiera que mi hijo sea.

Y así voy: porteando a EBU (y escuchando de cada vecino y conocido "pero no te pesa mucho ya? En el carrito irías más cómoda", y contestando siempre "no, no me pesa nada... es como mejor voy, con mi hijo pegadito a mi pecho... y a la que me pese, aprenderé a llevarlo en la espalda!"), dándole teta desde hace 10 meses y sin que haya fecha de caducidad preestablecida, comiéndome el coco con ideas acerca de cosas relacionadas con la infancia y la crianza natural y cómo aportar mi granito de arena, acostándome mirando la cara de mi bebé y viendo su sonrisa nada más levantarme, agradeciendo a la vida tener un marido que comparte esta forma de ver las cosas y que apuesta por ello con la misma vehemencia que yo, y sintiéndome inmensamente afortunada de tener la oportunidad de aprender tantísimo de un ser que mide sobre los 72 cm y no llega a los 9 kg (creo).

Y a ti, ¿te pasó algo similar? ¿O ya lo tenías claro desde el principio?

lunes, 10 de junio de 2013

Vivir sin métodos

La verdad es que desde que abrí el blog, he pensado mil cosas que publicar, y cuanto más las pensaba, más estúpidas se me hacían.

Últimamente se me están ocurriendo ideas (PELIGROOOOO!!!!!), y no contenta con ello, incluso se me está pasando por la cabeza llevarlas a cabo (PELIGRO AL CUADRADOOOOOO!!!!!!).
Pero como decía Ende, "ésa es otra historia y será contada en otro momento...".

En cualquier caso, me he decidido a publicar la primera entrada de este blog a golpe de estómago (que es como suelo hacer las cosas que al final más me gustan... sin pensarlo y sin prepararlo demasiado).

Buscando información relacionada con las ideas que se me están pasando por la cabeza últimamente (sí, sí, las de PELIGROOOOO), he llegado a la web de una guardería (Escola Bressol aquí en Barcelona) que hay en mi barrio, y donde habían publicado dos entradas, una sobre Rosa Jové y su Dormir Sin Lágrimas, y otra sobre Eduard Estivill y su Método Estivill (que debería, en mi humilde opinión, llamarse Revisión al Método Ferber... pero yo solamente soy una mamá loca, nada más, dios me libre de corregir a nadie...).

Pues bien, leyendo sobre uno y sobre otra, debo adelantar que tengo muy claro qué es lo que prefiero: no seguir ningún método.

Deberíamos aprender a escuchar a nuestros pequeños. Y en lugar de eso, hay quien pretende aparcarlos para que no molesten. Lo respeto, pero no lo comparto y me entristece.

Señores: los hijos "molestan". Y creo que es el mejor regalo molesto que la vida puede ofrecer.

Personalmente opino que el método Estivill resulta cruel y desproporcionado. Me parece muy grave aconsejar que no se cante o se acaricie a un bebé para que duerma. Por más que me lo plantee, no entiendo la razón de negar algo que precisan tanto como el alimento. Si se respetan los tiempos del niño, él solito aprende a dormir más de noche que de día. Y en eso, doy fe por mi caso particular.

Me resulta durísimo, no sólo para el niño sino para los padres, tener que hacer oídos sordos a nuestro instinto más primario y que es acudir en ayuda de nuestra "cría" para pasar a explicarle no sé exactamente el qué durante x segundos y siempre sin contacto físico... De verdad, contra más veces lo leo, más de punta se me ponen los pelos. Tortura para la criatura que no entiende, y tortura para el padre o la madre que tienen que luchar contra sus ganas y sus instintos porque alguien en algún libro ha dicho que es así como se hacen las cosas.

Tal vez deberíamos centrarnos en aprender el POR QUÉ suceden algunas cosas para así poder decidir NOSOTROS MISMOS qué hacer para solucionarlas. Y no limitarnos a seguir unas pautas que aconsejen abrazar o ignorar a nuestros hijos. Reclamemos información para poder decidir, no biblias sacrosantas que no deban ser puestas en duda.

Y quizás deberíamos reconsiderar qué clase de adultos queremos: gente programada e inflexible que desconfía del género humano ya que pase lo que pase, nadie acude en su ayuda, o se siente solo, o se entristece con facilidad; o bien personas empáticas y seguras de mismas, que se conmuevan por el dolor ajeno y sientan la necesidad de intentar aliviarlo de una manera u otra.
 

Sustituir a los padres por un un objeto que "tendrá cuidado del niño" me resulta absurdo, y más absurdo me resulta explicárselo al niño. Tal vez sería una buena idea preguntarse de qué tiene miedo el niño para poder ayudarle. Porque de eso se trata. De ayudarle para que crezca sano y feliz.

En lo que yo opino sobre la crianza, desde el momento en que hemos decidido ser padres, deberíamos tener claro que hemos asumido un compromiso absoluto con nuestros hijos, y que nuestra vida no será nunca más igual.  

Está en nuestras manos que esta diferencia sea una tortura y que la intentemos minimizar para que altere nuestra realidad lo menos posible, o bien que sea un regalo y entender que nuestro hijo nos enseñará a vivir de otra manera que hasta ahora ni siquiera habíamos imaginado.

Cada día aprendo de mi hijo... y me sorprende que con su escaso vocabulario de cuatro palabras y balbuceos, su increíble sonrisa y sus incipientes dos dientes inferiores, me esté enseñando más de lo que aprendí en 11 años en la universidad, haya puesto mi mundo boca abajo y me haga replantearme hasta el más inamovible de los axiomas que hasta ahora creía que regían mi vida y mi mundo.

Sólo por tener el privilegio de poder aprender lecciones tan importantes de la vida, ya deberíamos sentirnos afortunados...


Entonces, ¿por qué ésta idea recurrente de adiestrar a los pequeños para que no molesten en lugar de adiestrarnos a nosotros para aprender a mirarles, escucharles, comunicarnos y disfrutar de todo lo que nos enseñan?

Creo que las cosas son más sencillas de lo que parecen, pero requiere que usemos el sentido común, que irónicamente, me doy cuenta de que resulta el menos común de los sentidos...